Nuestras Instalaciones Forest School ponen a los estudiantes en contacto directo con la naturaleza para aprender con bienestar, movimiento y curiosidad.
El entorno verde favorece la coordinación, el equilibrio y la salud, además de la tolerancia sensorial y la observación del entorno físico (desarrollo visomotor). La metodología de escuela bosque impulsa la exploración, el trabajo en equipo y la empatía.
Las Escuelas Bosque o Forest Schools buscan conectar y reconectar a los niños con la naturaleza, basándose en una educación ambiental sustentable que promueve un aprendizaje profundo a través de la exploración, el autoconocimiento y el cuidado del entorno.
Los “Forest Schools” ayudan a desarrollar las habilidades sociales como la empatía, la solidaridad, el trabajo en equipo y el manejo de las frustraciones. También fortalecen el sistema inmune, la resistencia física, la motricidad fina y gruesa. Fomenta el desarrollo del pensamiento divergente, el desarrollo cognitivo y la concentración.
En un Forest School, el aprendizaje ocurre en contacto directo con la naturaleza nativa, mientras que en un colegio campestre este entorno no siempre está garantizado.
Además, los Forest Schools suelen estar ubicados fuera de la ciudad, ofreciendo un espacio libre de la contaminación auditiva y del aire que a veces afecta a los colegios campestres situados en zonas urbanas.
Por último, su metodología de aprendizaje es diferente a la tradicional: se enfoca en la exploración, la experiencia directa y la conexión con el entorno, potenciando el desarrollo integral de los niños.
Comprometidos con la responsabilidad ambiental y la protección de nuestros más de 11,000 m² de bosque y entorno natural.
Enseñamos a nuestros estudiantes a respetar y cuidar la naturaleza, integrando en el día a día acciones de preservación y conservación. A través de electivas como caminata y exploración, los niños participan en actividades de senderismo, observación y catalogación de fauna y flora, además de campamentos y entrenamiento en brigadas y supervivencia. En el área de tecnología, llevamos el aprendizaje un paso más allá, con proyectos de huerta e innovación en sistemas automatizados para procesos como riego y labrado.
Con más de 6 horas de entrenamiento y 2 horas de exploración al mes, nuestros estudiantes desarrollan habilidades de orientación y supervivencia mientras fortalecen su resistencia física y su conexión con la naturaleza.
Aprenden a ubicarse por puntos de referencia, acampar de manera segura sin dejar rastro, montar y desmontar carpas, cocinar con leña, manejar cuerdas en ascensos y descensos, y brindar primeros auxilios básicos, todo en un entorno seguro y guiado.
En los últimos seis meses, hemos logrado identificar más de 80 especies en nuestro ecosistema cercano. De estas, unas 20 corresponden a plantas no vasculares como musgos, líquenes y helechos y 60 a plantas vasculares, entre las que destacan las orquídeas y arbustos como la Escallonia myrtilloides, una especie endémica de la región.
En cuanto a fauna, hemos registrado alrededor de 40 especies de artrópodos (arácnidos, mariposas y gorgojos), así como la presencia de la serpiente sabanera (Atractus crassicaudatus) en el grupo de reptiles. En la categoría de aves, hemos identificado cerca de 20 especies, incluyendo la pava (Penelope montagnii) y el colibrí cola de raqueta (Lesbia victorae). Además, gracias a cámaras de fototrampeo, hemos monitoreado mamíferos como la zarigüeya (Didelphis marsupialis) en los alrededores del colegio.
Actualmente, también trabajamos en el monitoreo del ecosistema acuático, en colaboración con la empresa Progresar S.A. E.S.P., para evaluar la calidad del agua mediante organismos bioindicadores, asegurando información actualizada sobre la biodiversidad y la conservación de nuestros recursos naturales.
En nuestro colegio, el cuidado del medio ambiente es una prioridad. Por eso, contamos con un comité ambiental integrado por estudiantes y docentes, cuyo primer objetivo es mejorar la recolección de residuos plásticos (PET) mediante la instalación estratégica de canecas azules en todo el campus.
También hemos implementado estrategias de reutilización de papel en la biblioteca y las salas de profesores, contribuyendo a la reducción de la tala de árboles.
Los residuos orgánicos recolectados en la cafetería son entregados a entidades gubernamentales, que los transforman en alimento para animales y fertilizantes naturales, promoviendo así la economía circular.
Además, con el apoyo de los líderes de cada salón, impulsamos nuestro PRAE (Proyectos Ambientales y Educativos). Estos proyectos fomentan la participación activa de la comunidad escolar, analizando los problemas ambientales locales, regionales y nacionales, y proponiendo soluciones sostenibles adaptadas a nuestras realidades socioculturales y ecológicas.
En el Colegio La Colina gestionamos nuestros recursos con eficiencia para garantizar la excelencia educativa y operativa. Trabajamos en la planificación estratégica de presupuestos, la actualización tecnológica, el mantenimiento constante de la infraestructura y la capacitación continua de nuestro personal docente y administrativo.
Este enfoque integral nos permite ofrecer un entorno óptimo para el aprendizaje y el desarrollo integral de los estudiantes, asegurando la sostenibilidad y calidad de nuestra misión educativa. Además, aprovechamos nuestro entorno natural para fomentar actividades de siembra, recolección y el uso responsable del agua, promoviendo la conciencia ambiental en toda la comunidad escolar.
En el Colegio La Colina fomentamos en toda la comunidad educativa la protección del medio ambiente que nos rodea. A través de la observación del bosque circundante y la conciencia sobre la represa San Rafael, promovemos el cuidado de los recursos naturales que nos brindan aire puro, agua y bienestar.
El uso responsable del agua es uno de nuestros pilares, integrándolo en actividades como clases de ciencias naturales, exploración del bosque, paisajismo y reconocimiento del terreno en diferentes áreas académicas. Con estas experiencias buscamos que nuestros estudiantes desarrollen conciencia ambiental y que extiendan estos valores a sus hogares y comunidades, contribuyendo así a la preservación y conservación del medio para las generaciones futuras.